Rodeada por un entorno natural de frondosa vegetación, constituye una etapa muy agradable en cualquier circuito cuyo objetivo sea el descubrimiento de las minorías étnicas chinas.
Tu paso por Buyang supondrá una excelente ocasión para conocer a sus aldeanos y descubrir sus costumbres y su forma de vida. Si dispones de tiempo suficiente, aprovecha para realizar una ruta por los pueblos de alrededor a través de las colinas y los arrozales. La pequeña aldea de Meidi, por ejemplo, está a solo dos horas de caminata. No muy lejos se encuentra Chengyang, que merece la pena visitar por su espectacular puente del Viento y la Lluvia. Se trata de una estructura cubierta de 70 m de longitud, con cinco maravillosos pilares, que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.