El desierto de Tatacoa está ubicado en el norte del departamento de Huila, a unos diez kilómetros de Villavieja.
Aconsejo:
Recuerda llevar protección solar y botellas de agua. En el desierto hay pocas sombras y el sol golpea fuerte. Un consejo, levántate temprano para disfrutar de un clima más suave y poder observar a los animales salvajes.
Mi opinión
No es tan fácil llegar al desierto de Tatacoa. Después de llegar a Neiva, todavía faltan unos diez kilómetros que recorrer hasta el pueblo de Villavieja, la puerta de entrada al desierto colombiano. Tienes dos opciones: el jeep o la moto taxi.
En realidad, el desierto de Tatacoa es una selva tropical seca que ha tomado la forma de cañones y valles lunares como resultado del transcurso de los años y el clima. El desierto toma su nombre de una serpiente de cascabel típica de la región. Hay que decir que el desierto de Tatacoa está plagado de serpientes y escorpiones. No te preocupes, estos animalitos son por lo general bastante tranquilos. Se dice que el pez pequeño nunca se come al grande...
El paisaje del desierto de Tatacoa tiene un falso aire al Gran Cañón: acantilados de color ocre, cactus y un aire caliente y seco. Pero la comparación se detiene aquí, porque esta extensión rocosa no se parece a nada que haya visto antes de mi viaje por Colombia. El Tatacoa está formado por dos desiertos. El desierto rojo, Cuzco, es una maraña de laberintos y cañones ocre, mientras que el desierto gris de Los Hoyos, está compuesto de acantilados gris oscuro. Además, es en esta parte donde se pueden contemplar muchas aves voladoras con plumas multicolores. Hay que decir que es más fácil distinguirlos en Los Hoyos debido a que su llamativo plumaje contrasta con el gris de las rocas.
Fíjate en que hay instalado un observatorio astronómico en el desierto, ya que sus cielos relativamente claros permiten obervar bien las estrellas. Antes de marcharte de la zona, no te olvides de probar un cactus.
