Yo estoy pasando tres semanas en Insilibi. Por increíble que parezca, he encontrado un trabajillo en este pueblecito perdido en mitad de los Andes ecuatorianos. Así, en uno de los albergues, acompaño en su vida cotidiana durante tres semanas a Gladys, que lleva un albergue y tiene cinco hijos. Los dos nos ocupamos de atender a los viajeros que, en general, vienen para pasar una noche en el albergue.
En el pueblo no hay gran cosa que hacer, pero me he acostumbrado a pasar por algunas tiendecitas y también me gusta dar un paseo a la hora de salida de los colegios.
Tengo varias horas libres al día y las aprovecho para explorar los alrededores. A veces voy sola, con perros callejeros pisándome los talones y preguntándome si no habré cogido el camino equivocado... No será uno de mis mejores recuerdos de la zona, pero en cualquier caso me encanta pasar tiempo con la familia del albergue y me va a dar mucha pena despedirme después de tres semanas. En el resto del país me esperan nuevas aventuras...