El parque nacional El Cajas es un lugar magnífico. Es un placer caminar en los senderos, sin el riesgo de perderse o encontrarse a perros agresivos... El autobús me llevó desde Cuenca, en la madrugada, hasta la entrada principal del parque, donde se encuentra el centro de interpretación. Ahí hay que registrarse antes de iniciar cualquier excursión.
Emprendí el "camino de los lagos", un circuito de aproximadamente 4 horas de marcha, durante la cual no me crucé con casi nadie. Es hermoso: los lagos (de origen glaciar) se suceden uno tras otro. Crucé bosques de árboles bastante exóticos y comí al borde del arroyo.
Completar el circuito me tomó menos tiempo del que esperaba. Lo alargué un poco aventurándome en otros senderos, pero al ver que empezaba a perderme, volví dócilmente a mi ruta original. No tuve ganas de esperar al autobús y me encontré con un par de ecuatorianos que me bajaron en coche a Cuenca, donde me esperaba un merecido descanso y un dolor de cabeza importante gracias a los cambios de altitud.
Mi paso por Cuenca es mi mejor recuerdo de mi viaje a Ecuador y, especialmente, la escapada al espléndido Parque Nacional El Cajas, por sobrados motivos.
Después de una semana dedicada a descubrir la ciudad y los pueblos de los alrededores, me equipé con una mochila llena de comida deshidratada, buena ropa de abrigo (teniendo en cuenta la altitud, a menudo, por encima de los 4.000 metros, hace bastante frío por la noche) y algunas prendas para la lluvia. La idea: acampar en el parque que hay junto a la ciudad más encantadora del país y deambular por sus 200 lagos. ¡Aunque debo decir que no los ví todos!
Aparte del hecho de que el paisaje es único, hacer un viaje a Cajas es un auténtico placer, ya que el parque está realmente muy bien organizado. Numerosos caminos permiten embarcarse en excursiones que van desde 2 a 6 horas de caminata. Y lo mejor es que no es un recorrido muy turístico, ¡yo solamente me crucé con dos grupos en total!
Un pequeño dato: contrariamente a lo que te puedan contar o puedas leer, la entrada es gratuita (no lo era hace algunos años). Para ver: los numerosos lagos, la vegetación de un suave degradado que pasa del amarillo al verde, bosques que parecen encantados, llamas, vicuñas y otros animales... En definitiva, ¡un destino que no debes perderte durante tu viaje a Ecuador!
Aunque el acceso no sea muy fácil para las personas que viajan de manera independiente y sin vehículo, olvidarás rápidamente tu búsqueda de información y el madrugón al llegar allí. Hay pocos paisajes tan enigmáticos y cautivadores como el parque nacional El Cajas.
Quedamos completamente encantados por su aspecto despejado, brumoso, rugoso, pero lleno de color. Se proponen muchas rutas de senderismo señalizadas, con una duración que va de algunas horas hasta varios días.
Aunque se recomienda la presencia de un guía, salimos fácilmente por los caminos más cortos. ¡Basta con seguir los paneles! De todas formas te doy un consejo, equípate para hacer frente al frío y al calor, el tiempo cambia mucho en este ecosistema de montaña único.