El centro de Cork, situado entre los canales que forma el río Lee, reúne un gran número de pubs (¡evidentemente!) tanto tradicionales como modernos, y también restaurantes, clubs y comercios. La ciudad cuenta con una gran comunidad de expatriados, así que no te sorprendas si escuchas hablar francés, alemán, español o polaco.
El Mercado Inglés es una visita imprescindible durante tu viaje a Irlanda. Elegido mejor mercado cubierto de Irlanda y Reino Unido, ofrece una gran variedad de productos locales que puedes llevarte o probar allí mismo.
Tocar las campanas de Shandon es otra de las actividades que no te puedes perder. Desde lo alto del campanario puedes admirar la vista panorámica y entretenerte con las famosas “Shandon bells”. Si tienes tiempo, el Cork Butter Museum es también interesante.
Desde Cork, puedes ir a Cobh, Kinsale o a la Midleton Distillery, la destilería de whiskey más grande de Irlanda.
Te recomiendo caminar por Cork, y en concreto por la calle principal, St. Patrick Street. Es una calle muy animada, ideal para ir de compras o para tomar algo. La oferta de restaurantes y tiendas es enorme.
Atención amantes del whisky: Cork es parte de la ruta irlandesa de este famoso licor, y tiene la mayor destilería de Irlanda. Aquí se fabrican las marcas famosas Paddy y Jameson, entre otras.
Mi última recomendación para una buena escapada en familia es el Fota Wildlike Park, en las afueras de Cork. Este zoológico tiene la particularidad de que deja a los animales en libertad.