Aunque mucha gente conoce Jökulsárlón, Fjallsárlón es como su hermano pequeño, un lago que ofrece un espectáculo grandioso, con sus fragmentos de hielo caídos del glaciar flotando a la deriva. Situados el uno junto al otro, he de admitir que no me fijé en los distintos nombres durante mi primera visita, ya que estaba demasiado absorta contemplando este lugar fascinante.
Aunque Fjallsárlón cuenta con un paisaje similar a Jökulsárlón, el lugar es más tranquilo, ya que muchos turistas visitan el segundo en vez de el primero durante su circuito por Islandia. Me encanta pasear por todo el lago, arrullada por los crujidos del del hielo.
Y, si os gusta la foto, estar aquí es ya el paraíso. Cuando me quedo a dormir en los alrededores suelo volver al ponerse el sol para inmortalizar el instante.