Hicimos una escala en Trpani durante nuestro recorrido por Sicilia. Estábamos en invierno, pero aprovechamos algunos bonitos días para pasear a lo largo de los acantilados hasta San Vito lo Capo. Observamos numerosas especies de pájaros en la reserva natural de Zingaro, y disfrutamos de las playas enclavadas en pequeñas calas, desiertas en aquella época del año.
También pudimos visitar las salinas, porque Trapani es sobre todo un puerto de tránsito de sal. Antes, la extracción se realizaba gracias a los molinos, y aun hoy quedan algunos para el deleite de los turistas.
A continuación recorrimos el centro histórico y vimos tres bonitos edificios, de estilos y épocas diferentes.
Durante mi viaje a Sicilia, pasé un día en Trapani, y alquilé una bicicleta que me resultó ideal para recorrer la ciudad y las salinas en ese período de tiempo.
El paisaje de las salinas de Trapani es muy particular y los numerosos pájaros, incluyendo a los famosos flamencos rosados que pude observar, le dan un encanto especial, un lugar muy revitalizante tras una semana agitada en Palermo.
Me gustaron los molinos de viento y su aspecto típico. En el museo de las salinas aprendí sobre la recolección de sal blanca de Trapani, y me quedé sorprendido al enterarme de la enorme subida de precios que se puede alcanzar en la exportación, especialmente hacia Japón, donde es muy valorada y se convierte en un artículo de lujo.
Los helados de Trapani son deliciosos y refrescantes tras pasar un día pedaleando bajo el sol.
Ten cuidado, la fusión de viento y sol produce fantásticas quemaduras solares.