Ya conocía la región tras mi visita al centro de rehabilitación de orangutanes y la reserva de Labuk Bay. No me quedaba mucho tiempo: Sandakan era la última etapa en mi viaje por Borneo.
Así que opté por visitar la ciudad. Visita del mercado y excursión pedestre hacia Puu Jih Shih, templo budista. Parecía que tendría que subir por mis propios medios, pero una mujer se compadeció viéndome apretar el paso bajo la lluvia tropical, y me invitó a montar en su coche para dejarme en el templo. Solo tuve que esperar a que cesara la tormenta para volver a bajar y terminar así mi día haciendo un pic-nic sobre el paseo marítimo, zona de encuentro de los jóvenes malasios al caer la noche.
Llegué a Sandakan tras unos días en Kota Kinabalu, y la ciudad me pareció más bien apagada y el internet muy limitado. El centro de la ciudad con las calles cuadriculadas concluye con un mercado público cubierto, un gran centro comercial y una calle peatonal muy agradable junto al mar (ideal para comer).
Esta ciudad histórica ofrece un interesante recorrido a pie en el que descubrir las antiguas mansiones burquesas, un cementerio chino y japonés, un monumento conmemorativo de la Segunda Guerra Mundial, así como la antigua torre del relojl
Por último, tiene la reputación de ser una parada ecoturística, por ser un punto de acceso ideal a las islas de las tortugas, al santuario de los orangutanes y a la reserva de monos narigudos. Unas paradas interesantes para enriquecer un viaje explorando el mundo animal de Borneo.