Maravilloso, impresionante, surrealista, no tendría suficientes palabras para describir la belleza de este río que ha robado los paisajes de otro mundo. Durante mi recorrido por Montenegro, tuve la oportunidad de formar parte de un descenso de rafting que me llevó por 100 km a través de paisajes de una diversidad increíble: desde gargantas angostas a los impresionantes rápidos de un río sin control, pasando por los cañones más grandes y vertiginosos (más de 1000 metros de desnivel), el cual es el segundo cañón más grande del mundo, tras el Gran Cañón de los Estados Unidos.
El descenso te lleva hasta la frontera entre Montenegro y Bosnia, por zonas que ningún otro medio de transporte te permitirá descubrir. Quien vaya a Montenegro, tendrá que poner el cañón de Tara como prioridad absoluta. Sobre todo porque los proyectos de la central planean secar el río en un futuro próximo.
Con una amiga, seguimos nuestro road-trip montenegrino y el parque Durmitor está en nuestra ruta. Paramos a pasar algunas noches en la ciudad de Žabljak que nos servirá de base para todas nuestras excursiones.
El cañon del Tara, famoso por sus posibilidades para realizar actividades nauticas, nos tentaba mucho para un bautizo de rafting. Desgraciadamente, no había ningún grupo formado o los horarios no son prácticos. ¡No pasa, iremos a ver el cañón desde las alturas!
Justamente hay un punto de vista situado a algunos kilómetros de Žabljak, en Curevac. Efectivamente, podemos admirar un bellísimo panorama del río y sus límpidas aguas de un azul turquesa... Y después eso nos permitió dar un pequeño paseo. Mañana, ¡dirección a los famosos lagos y bosques del parque nacional!