Bienvenido a Albania. Sin siquiera pasar la frontera, uno se siente en Ulcinj como si estuviese en otra parte, el idioma, las señales de tráfico, los carteles de la calle, todo cambia, el albanés hace su aparición y se encuentra presente por todas partes. No sorprende, ya que la comunidad albanesa compone aquí más del 70 % de la población.
Me gustó especialmente mi paso por Ulcinj, el litoral es realmente bonito con su playa hacia donde toda la ciudad ha girado su mirada, su fortaleza que domina el Mediterráneo y su centro, en el que sobresalen los minaretes de las numerosas mezquitas de la ciudad. En Ulcinj encontré un poco de la autenticidad que me faltó en las otras ciudades costeras del país, en ocasiones muy superficiales en todos los sentidos.
En resumen, Ulcinj es una etapa muy agradable y relajante que te recomiendo hacer, ya sea como una introducción si vas a tomar la carretera hacia Abania, o si sencillamente te apetece un poco de descanso y tranquilidad durante tu recorrido por Montenegro.
Durante mi viaje por Montenegro, la fuerte presencia de la cultura albanesa en la "riviera" de Ulcinj me sorprende, en esta región sin embargo montenegrina. La huella musulmana es mayoritaria en esta región, marcada por la mezquita Pasha y sus minaretes, recordando la proximidad de la frontera albanesa. Circulando por la ciudad, se siente un cierto desorden con calles muy congestionadas por el tráfico, en donde se mezclan ciclomotores, coches y carros. Numerosos bazares y tiendas son regentados principalmente por hombres. Sonidos y aromas albaneses emergen del gran mercado Zelena, en el que se abastecen mujeres tocadas con pañoletas. Te aconsejo, de todos modos, pasar por ahí para descubrir el particular ambiente y los productos locales.
El casco antiguo de Ulcinj está fortificado como los otros de la costa adriática pero no se trata del más hermoso, a mi modo de ver. En la esquina de algunas callejas podrás contemplar ciertas construcciones históricas, ya sea demolidas o en proceso de renovación.