Touba es una ciudad diferente a todas las que hayas visito durante tu estancia en Senegal. Es la única ciudad en el mundo que ha prohibido completamente el alcohol y el tabaco en sus calles y, si no quieres meterte en problemas, tendrás que respetar este ambiente tan devoto y religioso.
A 4 horas en coche al este de Dakar, esta ciudad santa congrega todos los años a miles de peregrinos que se dirigen al Magal de Touba. Yo nunca he visitado la ciudad durante esa época, pero creo que el ambiente es muy intenso.
Personalmente, la ciudad me pareció algo desconcertante y muy particular. Como mujer, siempre tenía que salir cubierta de los pies a la cabeza para no llamar la atención. Gracias a esto, pude pasearme por todas partes y admirar la magnífica mezquita de Touba, la más grande de África Occidental.
A pesar de su condición de ciudad santa, Touba también es un conocido lugar de contrabando así que recomiendo no frecuentar las calles desiertas por la noche. Es una ciudad particular y única dentro de Senegal. Para poder apreciarla, descubrirla y disfrutar de una estancia agradable, lo mejor es respetar algunas normas básicas y de sentido común.
Siempre me han intrigado las culturas y religiones distintas a la mía. Por esta razón me fascinó la ciudad de Touba, su arquitectura grandiosa, la muchedumbre que se arremolina en torno a la gran mezquita tras la llamada a la oración, la calma del templo al penetrar en el mismo a horas más calmadas...
Me marcó mucho, por decirlo de algún modo, la visita a Touba, que no se parece a ninguna otra ciudad de Senegal. Sin embargo, no tuve ocasión de detenerme mucho allí, de modo que me quedé con una sensación, una impresión bastante superficial. Nada más llegar a la ciudad me sentí completamente extranjera en ella, y esta impresión no se desvaneció al filo de mis visitas: la bella y gran mezquita (sencillamente magnífica, de imponentes dimensiones), la biblioteca Cheikh Al Khadim y sus miles de obras en árabe... sin olvidar las calles y barrios modernos, que por lo que me dijeron crecen como setas... Me prometí a mí misma que volvería a Touba, si fuera posible durante el Magal en un nuevo viaje por Senegal.