¿Es posible imaginar un viaje a Tanzania sin un safari? La respuesta es no. El ciruito clásico nos propone ir del lago Manyara al Tarangire, pasando por los maravillosos Ngorongoro y Serengeti.
Te aconsejo hacer la primera etapa aquí para no perder todo el primer día en transporte. Al cruzar la puerta de entrada, la ruta nos lleva por una jungla exhuberante. Ahí verás babuinos, tucanes, antílopes y elefantes. Al salir del bosque, verás una enorme llanura, tierra de cebras, ñus y por supuesto, de leones. Los antílopes huyen al oír el más mínimo ruido. Más tranquilas, las jirafas comen hojas de acacia. En el lago, el rosa de miles de flamencos le da al agua un hermoso matiz de color.
En resumen, el parque nacional del Lago Manyara es una inmejorable introducción al mundo del safari.
Aunque la reserva del Lago Manyara es pequeña, la extraordinaria concentración de animales te sorprenderá.
Es la zona preferida de las colonias de babuinos que literalmente pululan por los árboles. Los monos verdes y azules se mueven por las lianas y es bonito ver cómo los pequeños se agarran a sus madres.
Jabalíes, jirafas y elefantes también están presentes. Como observadores de aves, nos fascinó este sitio, donde viven 400 especies diferentes. Pudimos observar especímenes preciosos, finos, incluyendo un calao con pico de gran tamaño y hermosos pájaros cantores de colores brillantes.
El punto culminante del espectáculo es, sin duda, observar el gran número de hipopótamos que va a refrescarse a las orillas del lago. Estos animales imponen respeto. Es muy recomendable, pues, añadir esta etapa a tu safari en Tanzania.