Descubrir lo desconocido
Los Territorios del Noroeste evocan pocas cosas a la gente que viaja por Canadá. Quizá algunos conocerán Yellowknife, su capital, pero prácticamente eso es lo único que tiene esa región en el imaginario colectivo. Sin embargo, hay muchas cosas bonitas que ver y que hacer, y tiene unos paisajes preciosos.
Los amantes de la naturaleza podrán visitar, nada más y nada menos, que tres parques nacionales en los Territorios del Noroeste (NWT, por sus siglas en inglés), con sus pingos típicos de las regiones árticas, subárticas y antárticas, cada cual más extraordinario que el anterior: Nahanni, Aulavik y Tuktut Nogait. Entre los tres, abarcan más de 32.000 kilómetros cuadrados de naturaleza salvaje. El primero incluso fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Otro placer de viajar a los NWT es poder practicar los deportes de invierno en todo su esplendor: pasear en un trineo tirado por perros, patinar en los lagos helados, hacer esquí de travesía y admirar las auroras boreales.
Los pueblos del Gran Norte
Uno de mis más preciados recuerdos de los desconocidos y maravillosos WNT es haber conocido a los pueblos Inuit. Si en invierno sigues la autopista de Dempster hasta Inuvik, podrás circular por los ríos helados y subir hasta el borde del océano Ártico, un lugar donde el tiempo parece detenerse.
En estos lugares tan apartados, podrás tener encuentros únicos y vivir momentos de gran intensidad que se te quedarán grabados para siempre en la memoria: compartir la carne de ballena, asistir a una fiesta típica o simplemente caminar por los pingos, esas colinas de hielo recubiertas de tierra, típicas de las regiones árticas.
El único inconveniente es que, al contrario que en otros viajes por Canadá, los Territorios del Noroeste son un destino que requiere bastante presupuesto y andar muy holgado económicamente para disfrutarlos al máximo.
