El Snaefellsjökull es un glaciar que se encuentra en el extremo de la península de Snaefellsnes, pero que, cuando el cielo está despejado, también puede verse desde Reikiavik.
La primera vez que visité la península en septiembre, no vi el Snaefellsjökull, literalmente hablando. Había una niebla que se podía cortar con un cuchillo y que nos tapaba la vista de su forma esbelta y su pequeño pico en la cumbre, tan característico.
Cuando volví, ya pude admirarlo en toda su variedad. Hay una pista que permite acercarse, pero está reservada a los todoterreno. Mi pequeño Suzuki Swift no habría podido llevarme hasta allí, así que tuve que esperarme otra vez.
Aunque sí que me di muchas caminatas en la península, sobre todo al borde del mar, la ascensión de 5 horas hasta el glaciar falta en mi palmarés. ¿Formará parte del tuyo? En todo caso, planifica al menos un día para ver los alrededores, aunque lo ideal sería pasar al menos dos días en el Parque Nacional.
Volcán que da su nombre al parque nacional más famoso de Islandia, gracias a Julio Verne, que lo eligió como punto de partida de su Viaje al centro de la Tierra.
Los paisajes del parque son extremadamente variados y ricos. En el sur y el este de la península, los campos de lava, con una vegetación muy variada, son una reserva protegida. En la costa, en los alrededores de Arnarstapi y Hellnar, se pueden ver unos acantilados magníficos y varias formaciones rocosas, concretamente un arco natural con una altura impresionante. Con un poco de imaginación, podrás ver trolls fosilizados y animales en estas rocas que dominan el mar. La ruta de senderismo entre ambos lugares dura alrededor de una hora (por trayecto) y es preciosa.
Además del volcán, hay montañas más o menos imponentes, cascadas... El parque de Snaefellsjokull es uno de mis sitios preferidos de Islandia por la diversidad y la belleza de sus paisajes salvajes.