Sighetu Marmatiei es denominada Sighetu "la dormida" y, a decir verdad, hay razones para eso... Situada en la frontera con Ucrania, que se encuentra del otro lado del río, la pequeña ciudad no sale en las noticias y parece completamente abandonada a su suerte y su pasado. El pasado de una ciudad que contiene una de las más grandes comunidades judías del país (el premio Nobel, Elie Wiesel, nació aquí) y una población multicultural que marcaba la frontera oriental del imperio austro-húngaro.
Hoy, plena y únicamente rumana, solo quedan las huellas de ese pasado glorioso en los confines de una región querida y visitada por su aire rural. Sin embargo, a pesar de eso (¿o a causa de eso?), Sighetu Marmatiei es uno de mis destinos preferidos durante mi viaje por Rumanía. Quizá sea por ese sentimiento de nostalgia del pasado, o de desencanto que reina en sus hermosas calles históricas dormidas...
Sighetul Marmatiei está al norte de Rumanía, en la frontera con Ucrania. Pasé por esta ciudad para ir después al valle de Iza (visita de Botiza), el valle de Viseu y también pasearme no lejos de allí, en la aldea de Sapanta. Numerosos autobuses unen diferentes ciudades de la región.
El bullicioso mercado nos atrae con sus colores y algunos rumanos van aun auténticamente vestidos con trajes tradicionales. La plaza de la libertad es agradable, con su jardín central y su movimiento.
Pasé gran parte del día en la antigua prisión de Sighetul Marmatiei y el museo de las víctimas del comunismo y de la resistencia. Efectivamente, esta ciudad recuerda el atroz Holocausto de la comunidad judía y también la represión existente en la prisión de la ciudad, durante el comunismo. Esta visita me interesó realmente, con una simple traducción al español pero suficiente. Este testimonio de la pasada dictadura de Ceausescu sería el único memorial de las víctimas del comunismo en Rumanía. Animado, evocador y conmovedor, te aconsejo parar en este lugar de fuerte carácter histórico. Las fotografías, los nombres y la escultura "El cortejo de los sacrificados" situada en el exterior hablan de esta triste historia y producen escalofríos.
El museo de la aldea, un poco alejado del centro, vale la pena de ser visitado por su contenido y su punto de vista.