Entre todas las riquezas de Colombia, el café es el símbolo nacional por excelencia. ¿Quién se imagina no probar un buen tinto del país de los paisas en bota, antes de subir por los valles en jeep Willis? El eje del café, triangula por las ciudades de Manizales, Pereira y Armenia, se ubica entre las cordilleras central y occidental de los Andes colombianos, y es la cuna de la cultura paisa.
Manizales, entre tradición y modernidad
Ciudad universitaria de tamaño medio, Manizales es un buen lugar para disfrutar del ecoturismo y de la vida nocturna estudiantil. Conocida por ser un importante lugar de observación de aves, la ciudad gira en torno a dos centros dinámicos y atrae tanto a los aficionados a la naturaleza como a los amantes de las salidas nocturnas.
En cuanto a la plaza de El Cable, los estudiantes se reúnen allí para tomar cerveza o aguardiente antes de terminar el fin de semana con la familia. Este nuevo centro está repleto de buenos restaurantes y bares de estilo occidental, u otros más típicos los estancos, puntos de venta de aguardiente frente a los cuales los jóvenes llenan las aceras para comenzar la noche. Para los más fiesteros, tendrán que alejarse de la ciudad y alargar la noche en viejoteca, una especie de tabernas animadas donde se baila salsa, rumba o carranga.
En la plaza de Bolívar, el ambiente es más tranquilo y menos juvenil. Las calles estrechas y empinadas albergan los restaurantes populares y conducen hasta la plaza central donde se mezclan familias, almas solitarias y abuelos disputando feroces partidas de ajedrez. No te pierdas la catedral gótica y sus impresionantes vistas de la ciudad, así como la estatua central de un Bolívar dotado de alas de cóndor.
Un lugar para el ecoturismo
En la periferia de la ciudad, algunos de los parques naturales ofrecen la posibilidad de alejarse de la agitación urbana durante una jornada. Te recomiendo el Recinto del Pensamiento, que ofrece visitas de dos a tres horas por el parque. Todo un remanso de paz, este parque es un punto de referencia para los ornitólogos y ofrece un camino señalizado que pasa por un bosque de orquídeas, cada especie atrae a un tipo de colibrí específico, un camino de bonsais de todos los tipos y una rica variedad de mariposas.
Para las familias, el eco-parc de Yamuros hará las delicias de los más pequeños por sus atracciones, su museo de historia natural y los espectáculos y conciertos organizados los fines de semana bajo la cúpula. También hay un camino natural y muros para practicar escalada, aunque los estaban remodelando a mi llegada.
Por la ruta del café
Para descubrir la cultura del café, hay que ir a Salento, un pequeño pueblo pintoresco rodeado por fincas o granjas de café. Accesible desde Pereira, el pueblo destaca por sus coloridas casas, su animada plaza rodeada de cafés y donde se puede disfrutar del café recién tostado y la población paisa se mueve en jeep Willis o a lomos de burro. Sobre todo, no te pierdas la Casa del Pan de Bono, cafetería-pastelería donde probar los mejores pan de bono del país, pequeños panes de queso, y a cualquier hora del día. Es también la oportunidad para acercarse a los propietarios de las fincas que ofrecen visitar sus explotaciones y aprender más sobre los procesos de producción del café, y por supuesto, una degustación de café.
