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Moorea

Moorea (Polinesia Francesa)

Informaciones prácticas sobre Moorea

  • Encuentro locales
  • Playa / Estación Balnearia
  • Isla
  • Punto de vista
  • Puerto
  • Deporte náutico
  • Agricultura (arrozal, café, té...)
  • Lugar o Monumento religioso
  • Fiestas y festivales
  • Museos
  • Artesanía
  • Lugar o Monumento histórico
5 / 5 - 3 opiniones
Cómo ir
A 30 minutos en barco de Tahiti
Cuándo viajar
De junio a septiembre
Duración mínima
1 a 2 días

Opiniones de viajeros sobre Moorea

Nina Montagné Gran viajero
314 opiniones en total

Espectacular isla paradisíaca enfrente de Tahití.

Aconsejo:
Hacer una ruta a alguna de las ocho cumbres de la isla.
Mi opinión

Moorea me hechizó por completo, igual que a otros muchos viajeros que pasan por allí durante su estancia en la Polinesia. De todas formas, aviso: la isla es cada vez más turística. Si vas a estar poco tiempo, no será tan fácil salirse de las zonas más frecuentadas. Puedes si te quedas en pensiones familiares pequeñitas y no en los grandes hoteles de cabañas en la playa; y si paseas más bien por el interior de la isla.

En Moorea los fondos marinos son especialmente bonitos y están llenos de peces multicolores, arrecifes coralinos, mantarrayas y tiburones diversos.

Dos bahías espléndidas se adentran en isla de Moorea: la bahía de Cook y la de Opunohu. Puedes practicar un montón de deportes acuáticos, como el surf, el surf de remo, el kitesurfing o el submarinismo.

Moorea de noche
Gran viajero
74 opiniones en total

Esta isla de la Polinesia Francesa está justo enfrente de la isla de Tahití. Está muy bien comunicada con Tahití por aire y por mar. No puedes perdértela, ya que estás en Tahití. Es un destino espectacular, tanto si viajas en familia, en pareja, o en plan aventurero. 

Aconsejo:
Lo más fácil es coger un ferry. Alquila un coche en la isla de Tahití y llévatelo en el ferry. Así tendrás más movilidad y autonomía durante tu estancia en la isla de Moorea. Quédate por lo menos tres días.
Mi opinión

Tuve la suerte de alojarme en las cabañitas individuales que hay en la orilla del mar, ¡el paraíso!

La laguna del arrecife, a dos minutos andando de la cama, el desayuno en la orilla, las playas de arena blanca rodeadas de cocoteros... ¿qué más se puede pedir?

¡Se puede, se puede pedir más!

O, mejor dicho, ¡se puede hacer más! Los fondos de Moorea son una verdadera maravilla para el buceo. Estuve buceando con las gafas y el tubo en medio de una nube de peces multicolores... ¡y también entre tiburones! Pero que no cunda el pánico, en la laguna no hay.

Para hacer submarinismo puedes ponerte en contacto con cualquier club de buceo de Moorea, ¡hay muchos! Te llevan en barco para que puedas pasar la barrera de coral. Y allí estás, rodeado/a de tiburones limón (inofensivos), en pleno Pacífico, con tu botella de oxígeno a la espalda, tus aletas y tus gafas. Hasta tuve la suerte de encontrarme con Janine, una tortuga marina a la que le encanta acompañar a los buzos durante las inmersiones.

Siguiendo con las actividades acuáticas, te aconsejo hacer también una salida en kayak por la laguna. Ve con crema solar, camiseta y sombrero. ¡Si no, la insolación está servida! Lo mejor es poner rumbo a un "motu", un atolón de arena donde normalmente habitan solo los cocoteros. Son una buena base para pasar el día después de varias horas remando.

Ya en tierra, no te puedes perder el Mirador de Moorea. Para llegar hasta allí tienes que subir por un camino serpenteante a través de los campos de piña. La primera vez en mi vida que veía cómo crecen las piñas. El mirador está a doscientos cuarenta metros de altitud, lo suficiente para tener unas vistas absolutamente espectaculares de los picos de Moorea, del océano Pacífico y de la laguna.

Mirador de Moorea
Gran viajero
29 opiniones en total

Moorea es un pequeño paraíso lleno de encanto y de muy fácil acceso desde Pape’ete.

Aconsejo:
Recomiendo alojarte en un faré que cuente con acceso a la laguna y tenga canoas disponibles, para que tu estancia en la Polinesia sea una experiencia más auténtica que quedándote en los grandes complejos hoteleros de la isla.
Mi opinión

Me enamoré de Moorea en mi estancia en la Polinesia Francesa.

Me alojé en un faré al suroeste de la isla. Los transportes públicos de Moorea son un tanto precarios. Para moverme con mayor facilidad alquilé una moto, ideal para conocer las distintas playas de la isla, cada cual más bella.

También visité la escuela agrícola de Opunohu con sus plantaciones de piña, vainilla o plátano, que se encuentra en la misma dirección de la escuela. Te sugiero que sigas la carretera hasta el mirador y disfrutes de las magníficas vistas de las bahías de Cook y Opunohu. Y en Papeotai, aproveché para detenerme en un mercadillo de perlas del muelle y comprar algunos recuerdos.

Un lugar imprescindible de Moorea, no dudes en cruzar las puertas del Hotel Intercontinental. Podría haberme quedado horas y horas admirando los delfines en el Dolphin Center, observando las tortugas marinas del centro de salud.

El mejor momento en Moorea fue una excursión por el lago, donde pudimos nadar con rayas y tiburones de punta negra. Luego nos dirigimos a un motu, un pequeño islote de arena, para gozar de una sesión de esnórquel, que me permitió descubrir la impresionante vida submarina de la Polinesia. Totalmente inolvidable.

Playa de Moorea