El santuario de Notre-Dame-du-Liban está situado en Harissa, un pueblo en el caza de Kesrouan a 25 km al norte de Beirut, en la orilla mediterránea.
Aconsejo:
La estatua de la Virgen se ilumina por la noche y su blanco inmaculado resplandece en la noche. Es el momento ideal para hacer la visita.
Mi opinión
Pasa a menudo con la escultura monumental: se admira más bien de lejos y es la proeza técnica lo que impresiona, más que el refinamiento en el detalla o el trabajo del material. La estatua de Notre-Dame-du-Liban, obra del fundidor de arte Antoine Durenne, en los últimos años del siglo XIX, pertenece plenamente a esta categoría. Con 8,50 metros de altura y 14 toneladas de peso, se erige sobre un pedestal de piedra natural de 20 metros de alto y alrededor del cual hay una escalera de 104 escalones. Indudablemente, es una realización absolutamente notable. Pero una vez en lo alto, piensas sobre todo en contemplar la vista sin obstáculos del Mediterráneo y la bahía de Jounieh.
La visita completa del santuario de Notre-Dame-du-Liban incluye la basílica del mismo nombre, edificada en los años 70 y que se encuentra justo al lado. Su arquitectura es atrevida (me hizo pensar brevemente en el Catedral Ártica de Tromsø,en Noruega). A ambos lado de una larga y delgada fachada, que debe mucho al estilo internacional, largas vigas curvadas salen del suelo para lanzarse - y con qué poderosa audacia- hacia el cielo. Sin embargo el material con el que está construida es muy ingrata, sólo los amantes del hormigón podrán admirarla sin reservas.
Lugar de peregrinaje para los cristianos de Oriente, pero querida por todos los libaneses, cualquiera que sea su confesión, el santuario de Notre-Dame-du-Liban se ha convertido en un lugar turístico principal. Dificilmente te la puedes perder durante una estancia de una semana en Libano.
