La experiencia, en general, excelente: los transportes siempre puntuales, amplios, cómodos, educados y con buenos chóferes; los guías igualmente puntuales, amables y conocedores de su área; los hoteles de acuerdo a nuestras necesidades; la facilidad de comunicación y capacidad de resolución por parte de la agencia asimismo excepcional.
Hubo un único aspecto negativo en el viaje: la estancia en Iquitos. El hotel estaba en la práctica cerrado, siendo nosotros los únicos clientes. Las excursiones contratadas eran justas y esperábamos poder realizar in situ actividades adicionales. Sin embargo, el hotel no ofrecía absolutamente nada salvo estar en la piscina (de haber querido ir a la piscina, habría ido al Caribe, no a Iquitos). Además, desde el día 11 de septiembre cerraron totalmente la piscina por mantenimiento, no pudiendo hacer absolutamente nada desde las 11 de la mañana en que volvimos de la excursión hasta el check-out el día 12, salvo estar en la habitación (el hotel nos ofreció una suite con una minipiscina privada, pero finalmente es una piscina de 6 m2 y nada más que hacer. … para estar en una piscina enana no tengo necesidad de salir de mi casa, no me desplazo a Iquitos. Asimismo, las excursiones previamente contratadas eran de baja calidad (la visita a la tribu “indígena”, una auténtica tomadura de pelo). Como aspectos positivos de la estancia en Iquitos: las piscinas del hotel, cuando estén abiertas, son muy buenas; el servicio era amable y la comida excelente (sin embargo, y por estar cerrado el hotel, no había disponible absolutamente ninguna fruta – inaceptable para una dieta adecuada).
Con la excepción de Iquitos, el viaje fue de más de 5 estrellas.