El viaje en avión fue llevadero. Al poco de llegar a Quito, comenzamos con la actividad turística. Esta actividad no la dejamos hasta el día de vuelta. El plan del viaje, organizado por la agencia, cumplió con nuestras expectativas:
visitamos parques naturales, reservas indígenas, la selva amazónica, ciudades extraordinarias como Cuenca, disfrutamos de buena gastronomía y tuvimos un poquito de aventura.
Buena organización. Continua atención al programa previamente preparado. Exactitud en los horarios. Se contactó con buenos guías locales. Colaboración de los profesionales para cambiar una parte del programa previamente preparado, por un tema de salud imprevisto en uno de los turistas. Confianza en nuestro chófer (es muy buen profesional).
Me hubiera gustado conocer algún agente de la agencia local (emotions ecuador).
En alguna ocasión, casi, acoso de los vendedores de artesanía.