El territorio de Jordania es perfecto para hacer caminatas y rutas a pie. Para explorar paisajes desérticos, te recomendamos visitar el valle de Aravá, en el suroeste del país. Allí encontrarás rocas y esculturas naturales y también grandes dunas. Si asciendes hasta lo alto de estas últimas, podrás contemplar una panorámica de las inmensas extensiones de arena fina tras una bonita caminata.
No muy lejos de Amán, la capital, el Wadi Mujib fue declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Cuenta con el cañón más profundo de Jordania, atravesado por el río Mujib. Hay muchos senderos ideales para hacer rutas cortas a pie y descubrir la flora y la fauna de la región. Por el camino, es posible que veas orquídeas o que te cruces con un íbice de Nubia o un lobo de Siria.
Al oeste del país, la reserva natural de Dana es un espacio protegido de unos 300 km². Su paisaje es muy variado: dunas, acantilados de arenisca roja y blanca, wadis, montañas arboladas, etc. Es el lugar ideal para hacer alguna de las muchas rutas accesibles para todos, desde un nivel sencillo a moderado.
¿Te apetece pasear por la ciudad? Un paseo por la marina de Áqaba, a orillas del mar Rojo, es la mejor forma de impregnarte de la atmósfera del lugar, sobre todo en el puerto, donde podrás asistir al retorno de los pescadores.