Conservo muy buenos recuerdos visuales del lago Powell, que está situado en una región montañosa magnífica con muchos cañones de tonos rojizos y ocres. Recuerdo que no faltaban las actividades náuticas en el lago Powell, y te aconsejaría que hicieras un recorrido por el lago en barco, porque el paseo merece la pena y así podrás contemplar la belleza del lugar.
Yo estaba haciendo un viaje itinerante desde California durante dos semanas y el lago Powell era el punto más oriental de mi recorrido. El oeste de Estados Unidos tiene unos paisajes naturales increíbles, cada cual más impresionante que el anterior. Por eso, no creo que el lago Powell sea de obligada visita si vas a hacer el mismo viaje que yo en el mismo lapso de tiempo, porque los numerosos Parques Nacionales del oeste de Estados Unidos, la verdad, merecen mucho más la pena.
¡Cuántos recuerdos me trae la visita al lago Powell! Por aquel entonces, viajaba en caravana y estaba recorriendo toda la costa oeste de Estados Unidos hacia Canadá. Habíamos comprado una balsa inflable amarilla y azul para descubrir los lagos y los ríos por el camino. El lago Powell era la ocasión perfecta para meterlo en el agua. Nuestro objetivo era llegar a la islita que hay enfrente del muelle. Pues dicho y hecho: en 30 minutos ya estábamos en la otra orilla del río. Me sentí como una exploradora descubriendo un nuevo territorio. Dejamos la lancha y nos fuimos a recorrerlo. Tras varias horas visitando este magnífico paraje natural, el sol se estaba poniendo y ya iba siendo hora de volver a la otra orilla. ¡El único problema es que no nos acordábamos de dónde habíamos dejado la lancha!
Un buen rato después, por fin la encontramos, pero medio desinflada. ¡Qué mala suerte, la verdad! La inflamos a pulmón, pero cuando terminamos ya era de noche. En la oscuridad, remamos como locos para volver: ¡qué miedo pasamos! Ahora me río, pero en aquel momento, me sentí muy tonta con la lancha inflable.