A pesar de las secuelas del huracán Katrina, la ciudad sigue palpitando de fiesta y animación. Esperemos que los ingresos del turismo puedan ayudar a reconstruir la ciudad sobre bases más sólidas.
Antes de sumergirnos en la fiesta permanente del barrio francés, merece la pena dejarse maravillar por la historia y la cultura de la ciudad. La arquitectura del centro de la ciudad es colonial y mezcla influencias francesas, latinas y criollas. En el barrio francés, también conocido como "vieux carré" (vieja plaza) las casas pintadas de colores le dan a la ciudad su característico ambiente alegre. La catedral de Saint-Louis, que data de 1850, es una de las más antiguas de los Estados Unidos, y pone de manifiesto la huella francesa.
Según la leyenda, la catedral está encantada con el espíritu del padre Antoine, que quizá fue víctima de vudú, (otro componente de la cultura de la ciudad, a través de su herencia caribeña) La visita al cementerio de Saint Louis es imprescindible. Sus tumbas son auténticos monumentos históricos y parte indiscutible del patrimonio cultural de la ciudad.
Nueva Orleans es famosa por su cocina, con una gran mezcla de influencias. Se pueden comer ostras durante todo el año (en mayo son objeto de un festival) y no te puedes perder otras de las especialidades como el jamblaya, el gumbo y los crawfish (cangrejos pequeños).
La ciudad de Nueva Orleans es famoso en los Estados Unidos por su ambiente de fiesta permanente, y algunos van solamente por eso. La música tiene un papel principal en esta cultura festiva que late en el barrio francés. Bares como el Spotted Cat proponen conciertos de blues y jazz. La música está muy presente en la calle, con fanfarrias que anuncian carnaval y Halloween, dos fiestas que se celebran aquí con especial intensidad.
Saliendo del barrio francés, los paisajes urbanos son algo más oscuros y nos descubren la pobreza de la ciudad. En las afueras, visitaremos las plantaciones, testigos de la época colonial y, por desgracia, también de la esclavitud. Si eres un amantes de la naturalezapuedes recorrer los pantanos en barco, y quizá puedas avistar cocodrilos y tortugas. Las ciudades de Baton Rouge y Lafayette están lo suficientemente cerca como para hacer excursiones culturales siguiendo las trazas de la historia francesa de Luisiana, que pasó a formar parte de los Estados Unidos en 1803.