Los amantes de la naturaleza sueñan con poder observar a las tortugas marinas en un momento crucial de su vida: el desove y la llegada de las crías. Costa Rica es uno de los países preferidos por las tortugas marinas: en él viven seis especies (tortuga verde, negra, carey, laúd, lora y boba) de las siete que existen a nivel mundial. Las tortugas pueblan muchas playas de la costa del Pacífico (Ostional, Bahía Rincón...) y del Caribe (Tortuguero, Manzanillo), donde descansan y se reproducen. El país ha puesto en marcha una política voluntarista para combatir la caza furtiva y ofrecerles lugares donde puedan desovar sin ser molestadas.
Aun así, podrás presenciar este momento mágico siempre que respetes ciertas reglas. En primer lugar, para observar el desove nocturno de las tortugas es necesario que te acompañe un guía profesional y abones una tarifa de acceso a la zona. En segundo lugar, es primordial mantener la distancia con respecto a las tortugas, guardar silencio y no utilizar fuentes de luz que puedan perturbarlas y poner en riesgo su actividad reproductiva.
En ese preciso instante, mientras anochece junto a la orilla del mar, apreciarás realmente la excepcionalidad del momento. Participar en estas salidas a la naturaleza es también una forma de colaborar económicamente con los proyectos de protección de especies amenazadas.
Las mejores temporadas para observar este fenómeno dependen de la especie de tortugas de que se trate y de su zona de desove. En la vertiente del Pacífico (península de Osa, Guanacaste), es preferible el período entre agosto y enero, mientras que en la costa del Caribe (Tortuguero, Manzanillo) es mejor acudir entre marzo y noviembre. En cualquier caso, una vez que llegues a tu destino, no dudes en informarte en la agencia local colaboradora de Evaneos. Según la época que sea, podrán aconsejarte las playas más adecuadas para optimizar tus posibilidades de observar el proceso.