Ya desde el desayuno puedes saborear el plato estrella de Costa Rica: el suculento gallo pinto, elaborado con arroz y frijoles negros. Se hierven por separado y luego se rehogan con cebolla, pimiento, cilantro y salsa Lizano (también sirve la salsa Worcestershire). En los colores del plato radica el origen de su nombre, gallo pinto, puesto que recuerdan el estampado del vientre de este animal. En cualquier caso, pruébalo en diferentes lugares, ya sea en una casa local, una «soda» (cantina popular) o un restaurante. De este modo, podrás apreciar las sutiles variaciones de la receta.
A mediodía, la comida típica, el casado, también está compuesta de arroz y frijoles, ahora acompañados de carne o pescado y verduras crudas. La Casona de Laly, en San José, es un excelente lugar para iniciarse en los sabores costarricenses.¿Quieres aprender a preparar estas recetas? Pásate por Sarapiquí, donde se ofrecen clases de cocina. Además, es un lugar interesante para descubrir todos los secretos de la elaboración del chocolate y degustar las especialidades a base de palmito, dos productos deliciosos propios de la región.
En la costa, degusta el pescado fresco. Para conservar todo su sabor, pídelo a la plancha o en ceviche (marinado con zumo de limón). En lo que respecta a las bebidas, la fruta es la protagonista. Podrás tomar excelentes zumos frescos en todo el país. Son muchos los puestos que preparan batidos o jugos. Puedes pedirlos con agua o con leche, como más te gusten. El guaro, elaborado con azúcar de caña, es una bebida alcohólica similar al ron que hay que consumir con moderación.