Toda Costa Rica está surcada de ríos y corrientes de agua, especialmente adecuados para las actividades en aguas bravas. Así pues, no es sorprendente que tanto principiantes como expertos rebosen entusiasmo por el ráfting en Costa Rica.
Si no tienes mucha experiencia, opta por los ríos más tranquilos, como el Sarapiquí y el Savegre, que permiten combinar la práctica del deporte con la observación de la naturaleza. A lo largo del curso del río, podrás contemplar numerosas aves (martines pescadores, águilas pescadoras, tucanes, loros), así como perezosos y otros mamíferos. Incluso podrás premiarte con un chapuzón improvisado en una de las muchas piscinas naturales.
Las aguas más cristalinas para el ráfting se encuentran a orillas del río Tenorio. El río Pacuare, considerado por National Geographic como uno de los 10 descensos de ráfting más bellos del mundo, es una visita obligada para los amantes de este deporte. Su nivel de tecnicidad depende de la época del año y del nivel del agua, pero está reservado para personas con experiencia. A lo largo de 3 horas y media (que lo convierten en el recorrido más largo del país), navegarás entre un paisaje salvaje excepcional, donde habita una fauna prodigiosa formada por nutrias, osos hormigueros, iguanas, serpientes y distintas aves.
El tubing, menos exigente, es también muy popular en Costa Rica. Consiste en colocarse sobre un flotador gigante y dejarse llevar por la corriente. Siquirres y el parque nacional La Vieja ofrecen grandes oportunidades para probar esta divertida y refrescante actividad. Un momento ideal para disfrutar en familia.