Practicar senderismo en el corazón de la naturaleza costarricense

Costa Rica cuenta con 27 parques nacionales y una red inagotable de rutas. Tu agencia local colaboradora de Evaneos podrá indicarte las que mejor se adaptan a tus expectativas, ya que las hay para todos los gustos y niveles.

Sea cual sea tu elección, no tengas duda de que los senderos están bien acondicionados y señalizados. Así pues, podrás centrarte en la naturaleza del entorno y disfrutar de la actividad principal de Costa Rica: la observación animal. A las familias, los senderos de pocos kilómetros que recorren la reserva de Monteverde o los parques nacionales de Cahuita y Manuel Antonio les permiten salir fácilmente al encuentro de coatíes, monos y perezosos.

La mejor forma de explorar los volcanes es a pie. Uno de los más accesibles es el volcán Irazú, ya que no es necesario andar mucho para acercarse lo más posible a su cráter. ¡Tus hijos quedarán impresionados! Más al norte, desde un sendero jalonado por puentes colgantes que ofrecen unas vistas inmejorables, podrás admirar las formas perfectas del volcán Arenal. En Tenorio, experimentarás la actividad volcánica en el corazón de la selva. Las fumarolas calientan las aguas turquesas del río y crean un escenario surrealista. En Rincón de la Vieja, podrás observar otra faceta volcánica del país a lo largo de una caminata de 3 horas. Recorre el bosque tropical seco y déjate sorprender por el suelo en ebullición. El calor del volcán es tal que la tierra se convierte en lodo burbujeante. ¡Mira bien por dónde pisas!

Costa Rica también ofrece rutas más exigentes a nivel físico, como la que conduce al cerro Chato, con una diferencia de altitud de casi 1000 m, así como caminatas de varios días por el cerro Chirripó o el parque nacional de Corcovado. Para que las condiciones meteorológicas sean propicias, te recomendamos viajar en la estación seca, entre diciembre y abril. En la época de lluvias, los senderos pueden ser muy resbaladizos, lo que dificulta recorrerlos.