Perderse en la reserva Bosque Nuboso de Monteverde

El bosque nuboso, verdadero paisaje emblemático de Costa Rica, está situado a una cierta altitud. Como su nombre indica, se caracteriza por un manto de nubes que adorna las copas de los árboles. Este ecosistema es un refugio para muchos animales, que pueden observarse durante las caminatas por la reserva de Monteverde. Las numerosas rutas de senderismo y los puentes colgantes permiten recorrerlo fácilmente.

Para conocer mejor la fauna y la flora, no dudes en ponerte en contacto con una agencia local colaboradora de Evaneos, que te facilitará los datos de un guía naturalista. Recuerda que los guías son obligatorios para acceder a ciertas reservas, como Curi Cancha y Santa Elena. Su visión y experiencia te permitirá observar mejor y distinguir animales o especies poco comunes de orquídeas e insectos.

Este lugar te ofrece también las mejores opciones para divisar las míticas aves de Centroamérica: el quetzal y el colibrí. Su belleza colorida e irisada ha sido fuente de leyendas y creencias locales. En Monteverde, la caminata nocturna por el valle escondido es una experiencia sensorial única marcada por el sonido de los insectos. Bajo la luz de la luna, podrás ver mamíferos que solo están activos de noche, como el kinkajú.

¿Te gustan las emociones fuertes? Recorre el centro de la selva tropical de Monteverde de rama en rama. En las copas de los árboles, podrás avanzar con seguridad siguiendo una ruta de tirolinas. A lo largo del camino, mantén los ojos bien abiertos, porque no es raro encontrarse con los habitantes de estos lugares, es decir, monos, perezosos y otros animales poco conocidos. Finalmente, para reponerte de todas estas emociones, nada mejor que saborear una buena taza de café en una finca local.