Chichicastenango, con sus maravillosos y típicos mercados, forma parte de las visitas que no se pueden perder durante un viaje por Guatemala.
La pequeña ciudad de Chichicastenango, generalmente denominada Chichi, es accesible gracias a los "chicken bus" (camionetas de pollos), los típicos autobuses locales. Antes de llegar aquí, habrás tenido mucho tiempo para darte cuenta en el transcurso de tu viaje por Guatemala de cuán incómodos son estos transportes pese a su autenticidad. No es raro tener que cambiar a menudo de autobús para un único trayecto, incluso corto. Los autobuses que van a Chichicastenango no son una excepción y llegar allí es ya una aventura en sí misma. Es sobre todo interesante el jueves o el domingo por su maravilloso mercado. Preferentemente elige el del domingo que es mucho más importante. Para no perderte nada del espectáculo puedes incluso llegar la víspera y dormir en el lugar. Es lo ideal para estar allí antes de la llegada de numerosos turistas.
Cuando llegas a Chichicastenango, el mercado habrá comenzado varias horas antes si no has tomado la decisión de llegar la víspera para no perderte nada. Incluso si sigue típico y colorido, quizá te sientas un poco decepcionado ya que habrá perdido parte de su autenticidad. Hay más turistas que indios. Tómate un tiempo y siéntate en los escalones delante de la iglesia para observar la muchedumbre. Justo detrás de ti, esta iglesia es una de las más antiguas del país. Todavía se celebran ceremonias religiosas mayas. Desde allí obtendrás la más bella vista del mercado.
Más allá, a treinta minutos de marcha, podrás ver la Piedra del Sacrificio en la cima de una colina. Es ahí en donde ofician los sacerdotes mayas, los chuchkajaus. Recitan oraciones, agitan los incensarios de los que sale el humo. Antes de ir allí, pregunta a qué hora tienen lugar las ceremonias para que puedas asistir a este hermoso fervor.