Aunque no parece encajar con la imagen que se suele tener de un viaje a Guatemala, más relacionado con yacimientos mayas y volcanes, este país también ofrece la oportunidad de presenciar la puesta de las tortugas.
¿Dónde verlas?
Una cosa es segura, la gran mayoría de visitantes que viajan a este país no vienen con la intención de observar la puesta de las tortugas por la noche en la playa. Generalmente, las actividades principales que se organizan durante un viaje a Guatemala son: visitar el Tikal, el gran yacimiento maya; intentar subir a un volcán, como por ejemplo el Pacaya; descubrir ciudades extraordinarias, como Antigua; ir a los pueblos que se encuentran alrededor del lago Atitlán, uno de los más bellos del mundo; o, también, hacer unas compras en el maravilloso mercado de Chichicastenango.
Pocos se imaginan que durante una estancia en Guatemala pueden acabar presenciando la puesta de las tortugas. Para ello, hay que viajar en dirección a las playas de la costa pacífica. Si bien es posible vivir este momento mágico a lo largo de casi toda la costa, el mejor lugar se sitúa en el pequeño pueblo de Monterrico, en el Tortugario Monterrico. Puedes acceder a este lugar bordeando la costa o partiendo desde grandes ciudades como la capital, Ciudad Guatemala, o Antigua. A poco menos de 10 kilómetros se encuentra el Parque Hawaï, que también ofrece la posibilidad de asistir a la puesta de las tortugas.
¿Qué ocurre exactamente?
Antes de nada, tienes que saber que el período en el que hay más posibilidades de presenciar este espectáculo, dura muy poco. En concreto, los meses de agosto y septiembre son los mejores del año para ver la fascinante puesta de huevos. Y el momento ideal tiene lugar por la noche. Así que tendrás que permanecer en vela y, sobre todo, recuerda llevar el repelente de mosquitos para que no te arruinen la experiencia.
Un guía te llevará a la playa junto con el resto de los visitantes. Mientras esperáis pacientemente bajo la luz de la luna, el guía buscará un lugar de puesta. Os avisará en cuanto encuentre uno y, bajo la luz de una linterna, asistiréis a uno de los espectáculos más singulares y más fascinantes que se pueden observar. Escalofríos garantizados. Tras poner varias decenas de huevos, la tortuga deja el nido y vuelve al océano. ¡Simplemente magnífico!
