Los cenotes, unas formaciones geológicas típicas de la península de Yucatán, ocultan su belleza en el subsuelo de esta península del sureste del país. Podrás visitar estas simas, repletas de un agua de un color casi sobrenatural, y simplemente dejarte cautivar por esta obra de la naturaleza. Tendrás la posibilidad de nadar entre sus aguas transparentes, especialmente en el Gran Cenote. Situada cerca del sitio arqueológico maya de Tulum, en la costa este de Yucatán, esta cueva de fondo arenoso, ideal para los amantes del snorkel, acoge peces y tortugas. Dos Ojos, a unos kilómetros de allí, es muy popular entre los submarinistas.
Si quieres emular a Tarzán y caminar por las ramas de los árboles sobre el agua, te recomendamos poner rumbo a Valladolid, en el norte de la península. Ik Kil, uno de los numerosos cenotes de la región, está cerca de las ruinas de Chichén Itzá. A su alrededor crecen unos árboles cuyas lianas caen hacia este pozo natural, una maravilla para quienes disfrutan allí de un chapuzón.
Podrás comprobar que a menudo estas cuevas subterráneas se sitúan cerca de antiguas ciudades mayas. Para esta civilización, estas piscinas naturales eran sagradas, la única fuente de agua dulce de la región. En bicicleta por los alrededores de San Antonio Mulix, en el noroeste de la península, en quad o incluso a pie, podrás escoger un medio de transporte que no sea el coche para explorar estas piscinas naturales. No dudes en ponerte en contacto con un agente local Evaneos para escoger el que más te interese.