Además de ser mundialmente conocido por su cocina, México produce dos bebidas con alcohol que se consumen en todo el mundo: el tequila y el mezcal.
Para descubrir la historia del tequila, hay que visitar el estado de Jalisco, en el oeste del país. Esta bebida tiene denominación de origen, así que solo puede producirse aquí. Se trata de un licor destilado que puede contener entre un 51 y un 100 % de agave azul, una planta típica de México. Se toma con limón o con sangrita, una bebida a base de tomate. Si lo deseas, a través de una agencia local Evaneos puedes organizar una cata de tequila en una de las destilerías de Jalisco, como en Tequila, en la destilería Aguirreña o en La Alborada.
El mezcal es una bebida con alcohol que se elabora a partir de la misma planta, el agave. A diferencia del tequila, puede fabricarse en los nueve estados del país. Además de por la procedencia, existe una forma sencilla de distinguir el mezcal y el tequila: ¡las destilerías suelen introducir un gusano más o menos grande en el fondo de las botellas de mezcal! Al igual que ocurre con el tequila, es muy fácil organizar una cata de mezcales artesanales con un productor local, sobre todo en Santiago Matatlán, en el estado de Oaxaca, donde encontramos nada menos que 50 destilerías.