Durante nuestra visita a Guatemala, nos detuvimos en Santa María Nebaj y pudimos descubrir los pueblecitos de sus alrededores. Santa María Nebaj es el pueblo más importantede la zona y atrae a mucha gente. Posee una escuela de español y, sobre todo, grandes oportunidades para realizar increibles rutas de senderismo, sin olvidar que es el corazón del pueblo maya.
Desgraciadamente, cuando llegamos el tiempo era bastante lluvioso y nos tuvimos que contentar con informarnos solamente sobre las rutas de senderismo. Ya sea para media jornada o para varios días, hay muchas opciones, pero un guía es indispensable para garantizar la seguridad y ¡poder volver al punto de partida!
Aquí, en Santa María Nebaj, las mujeres se visten de amarillo y azul. Cada pueblo tiene sus colores y en las fiestas de cada localidad es una forma de reconocerse mutuamente. Una vez que la lluvia cesó, dimos un paseo por el mercado y probamos uno de los platos locales.
Aunque la comunidad Ixil fue, durante mucho tiempo, víctima de los conflictos internos de Guatemala, hoy en día ocupa sobre todo tres pueblos: Nebaj, Cotzal y Chajul. Esta región del Altiplano tiene la particularidad de agrupar a poblaciones que llevan aisladas mucho tiempo y que siguen hablando su propia lengua, aunque esta solo se entienda en un radio de apenas 50 kilómetros alrededor de Nebaj.
Como quería aprender más sobre el conflicto armado que sacudió el país desde los 60 hasta los 90, visité la región con la esperanza de encontrar allí las respuestas a mis numerosas preguntas. Sin embargo, las cosas no son tan sencillas y Santa María Nebaj, al igual que los demás pueblos de la región, sigue sufriendo las innumerables consecuencias de esta tragedia. Aunque la guerra civil se terminó oficialmente con la firma de los acuerdos de paz de 1996, a Quiché le cuesta recuperarse y sigue siendo una de las regiones más pobres de Guatemala. Aun así, y a pesar sus grandes carencias desde el punto de vista económico, educativo y sanitario, Santa María Nebaj sigue teniendo mucho encanto y allí podrás ver los vivos colores de los trajes tradicionales típicos de las mujeres de los altiplanos.
Creo que una estancia en el Altiplano guatemalteco es una experiencia de lo más interesante para comprender las claves de la política actual y hacerse una idea general de las relaciones de poder que siguen existiendo en América Central.