Este pequeño pedazo de tierra rodeado de aguas turquesas fue escenario de episodios históricos que fueron decisivos para Mozambique y el continente africano. Me fascinó la capilla de Nuestra Señora del Baluarte, el primer edificio europeo construido en el hemisferio sur, en 1522. La isla también es un testimonio vivo de las deportaciones de esclavos hacia el Nuevo Mundo.
Si recorres la isla a pie, encontrarás numerosas mezquitas de colores, pero también un templo hindú e iglesias. El turismo de masas aún no ha desfigurado la costa. Sigue estando en su mayoría poblada por mozambiqueños y se continúa viviendo del mar.
La parte central contrasta radicalmente con el casco histórico. Los mozambiqueños más pobres habitan en precarias viviendas improvisadas o invierten en antiguos edificios coloniales abandonados. La misteriosa atmósfera que reina en ella hace que Isla de Mozambique sea un lugar único y fascinante.