Tierradentro es conocido por sus tumbas únicas, de las antiguas civilizaciones locales. En los años 50, unos exploradores descubrieron estas tumbas enigmáticas y convirtieron el lugar en un magnífico parque arqueológico.
Este parque es gigantesco y está compuesto de varias partes. Nosotros hicimos la ruta de Tierradentro en un día, pero te recomendamos que la hagas en dos partes. La caminata para ir de una parte del parque a otra es considerable, y al final del día estábamos agotados.
Tras subir un sendero, llegamos a la cumbre de una colina que dominaba el magnífico valle. Allí vimos enormes estatuas de piedra. A continuación, nos dirigimos a un primer lugar arqueológico donde estaban las tumbas. Provistos de una linterna, el guardia nos mostró la entrada y bajamos unas escaleras enormes para encontrarnos cara a cara ante una tumba subterránea. Estas construcciones nos dejaron asombrados. Siguiendo el paseo, vimos mucho más, incluyendo impresionantes esculturas. Había tantas que no pudimos dedicarnos a verlas todas con atención.
Después, nos paramos en el primer pueblo para comer y visitar dos museos. Nos quedamos un poco decepcionados porque esperábamos aprender mucho más sobre las tumbas y sobre las maneras antiguas de enterrar a los muertos. Hay una breve explicación, pero el resto del museo se centra principalmente en la agricultura en la región y la historia de los nativos.
Para acabar el día, decidimos terminar el parque arqueológico por el Aguacate, una enorme montaña cuya cumbre ofrece una magnífica vista. Hay algunas tumbas dispersas: es la ocasión para coger la linterna y verlas de cerca.
Si te gusta la arqueología y la naturaleza, Tierradentro es para ti.