Si deseas alejarte de la multitud, puedes ir a descubrir los tesoros del norte de Perú, a la orilla del océano Pacífico. La ciudad de Trujillo es una explosión de colores. Azul, como la Casa Urquiaga, donde aún flota el alma de Simón Bolívar. Amarillo, como la fachada de la catedral barroca de Santa María, cerca de la Plaza de Armas. Rojo, como numerosas viviendas engalanadas con balcones de madera y rejas de hierro forjado.
Aquí, en la región de La Libertad, podrás encontrar civilizaciones preíncas menos conocidas. En las pirámides de las Huacas del Sol y de la Luna, descubrirás a la cultura moche. La Huaca de la Luna conserva increíbles frescos murales que representan a criaturas mitológicas. Los chimúes construyeron la mayor ciudad de adobe del continente, denominada Chan Chan. Esta ciudad, ubicada cerca de Trujillo, parece un inmenso castillo de arena con relieves que evocan al mar.
Si quieres sentir la brisa marina en tu rostro, te recomendamos hacer una parada en la ciudad costera de Huanchaco, a menos de 10 km de Trujillo. Los caballitos de totora, pequeñas embarcaciones fabricadas de caña desde hace más de 3000 años, inundan la playa. Puedes subir a uno de ellos acompañado por un pescador y surcar las olas del océano. O puedes unirte a los surfistas con sus tablas más clásicas.