Todo el mundo se imagina Canadá tal y como lo presentan en las postales, pero se trata de una imagen real. La temperaturas extremas, la nieve en invierno, miles de lagos, bosques inmensos, ballenas y osos, ardillas y castores… Canadá es todo eso y mucho más. En esta zona del mundo, la naturaleza es más fuerte que el hombre que ha tenido que adaptarse a este clima tan duro para poder apreciar mejor la belleza de su hogar.
Canadá es el segundo país más grande del mundo después de Rusia. Tiene una extensión de unos 5 000 km y está situado entre el Océano Atlántico y el Pacífico. Solo tiene frontera con los Estados Unidos y su territorio se extiende hasta más allá del círculo polar, por donde los coches y los camiones solo pueden circular en invierno, cuando el agua de los lagos está congelada.
Canadá está formado por diez provincias y tres territorios y por decenas de paisajes diferentes. Del lado del Pacífico, están la Colombia Británica y las Montañas Rocosas. Estas montañas majestuosas delimitan las tres provincias de las grandes llanuras: Alberta, Saskatchewan y Manitoba. Más al este, se encuentran Ontario, la capital federal, Ottawa, la capital económica del país, Toronto y Quebec, una provincia francófona. Por último, están las provincias del Atlántico: Tierra Nueva y Labrador, Nueva Escocia, la isla del Príncipe Eduardo y Nuevo Brunswick. En el norte de Canadá, podrás encontrar los tres territorios: Nunavut, los Territorios del Noroeste y Yukón.
Canadá cuenta con 6 husos horarios diferentes y su territorio se extiende hasta el Ártico, lo que hace que posea climas muy variados en según qué regiones. Pero lo cierto es que da un poco igual en qué época del año viajes, ya que una visita a este país merece la pena durante todas las estaciones del año.
Gilles Vigneault dijo de Quebec: «Mi país es como el invierno». Y bien podría haberse referido a cualquier región del país… o casi. Una gran parte de Canadá se reviste durante meses de un manto blanco y alcanza unas temperaturas de hasta -30. Depende un poco de la región, pero pueden ser incluso más bajas. En cambio, en el oeste de Canadá, los inviernos son más suaves, pues llueve más de lo que nieva. Aunque en el lado del Atlántico la primavera ya se abre paso a partir del mes de febrero, en el resto de Canadá hay que esperar hasta el mes de abril para poder disfrutar de ella. Pero los veranos son totalmente lo opuesto: calurosos y húmedos. Es el momento ideal para alquilar un chalé y hacer senderismo por el país. El otoño es una estación mítica. El verano indio y sus colores brillantes son todo un espectáculo que no te puedes perder.
Canadá cuenta con la suerte de tener una fauna y una flora muy variadas gracias a sus diferentes climas. En las zonas ártica y subártica, el suelo está siempre congelado. Allí se encuentran las únicas especies de plantas que son capaces de sobrevivir a un clima tan frío: el musgo, los líquenes, las saxifragáceas y las potentilas. Un poco más al sur, sobre todo en las provincias de mar, uno puede ver bosques boreales repletos de espinetas blancas y negras, de abetos, de alerces, de pinos… Desde Manitoba hasta Nueva Escocia, se imponen los bosques laurencianos y sus famosos arces, que son un emblema del país. De estos se extrae el delicioso sirope de arce. Las provincias de las praderas, que son más secas y áridas, se parecen en muchas ocasiones a una estepa.
Entre las especies insólitas de animales que se pueden avistar en Canadá, se encuentran el oso negro, el oso grizzly, el lince, el lobo, el coyote, el zorro y la mofeta. Estos animales, tan tímidos y difíciles de ver, se esconden en medio de la naturaleza, lejos de las ciudades. Tan solo podrás ver osos polares en zonas del Ártico y pumas en la Colombia Británica. En el sur de Canadá, se ven asimismo caribúes y alces, animales que son típicos del país. Y, por supuesto, también podrás ver castores y ardillas por todas partes, dos de los animales preferidos por los objetivos de los fotógrafos.