Merece la pena pasar unas cuantas horas paseando por las calles de este barrio de Brazzaville, un lugar lleno de historia, de vida y de arte. Y por supuesto descubrir su escuela de pintura, creada en 1951 y todavía en funcionamiento. Los amantes del arte se marcharán con un cuadro en la maleta.
Subirse a bordo de la Gazelle para llegar a Brazzaville desde Pointe-Nore es una experiencia inolvidable que recomiendo vivir. Es la oportunidad de pasar por paisajes hermosos y de descubrir el Congo desde un ángulo particular. Algo que debes probar, siempre que consigas un billete y de que no vayas con muchas prisas.