Percé fue la última etapa de nuestro viaje en coche por Canadá antes de volver a Montreal. Este pueblo de 3.360 habitantes es muy turístico y el centro está lleno de restaurantes y de tiendas de souvenirs. Percé es famosa por su fabulosa roca Percé y por la isla Bonaventure, donde vimos la mayor colonia de alcatraces del mundo.
Para poder ver una panorámica del pueblo y del Parque Nacional de ’Île-Bonaventure-et-du-Rocher-Percé, hay un pequeño sendero que lleva al monte Sainte-Anne, a 340 metros de altitud. El recorrido es sencillo y tiene distintos miradores según vas ascendiendo. Un consejo: ve a ver el atardecer allí: ¡es magnífico!
Para llegar a pie hasta la roca Percé, comprueba las mareas bajas. Por el camino, me impresionó la cantidad de colores que tenían las rocas. Abre bien los ojos mientras caminas, porque hay unos fósiles de conchas preciosos. ¡Un bonito souvenir que podrás llevarte de la roca Percé!
Si quieres probar la cerveza local Pit Caribou, entra en el bar del mismo nombre. Si lo que te gusta es la langosta, tienes que ir al bistró Les Sacs à Vins, donde podrás disfrutar de platos locales a precios económicos con muy buen ambiente.
Me encantó Percé, al igual que todo el resto de Gaspesia, una región que, para mí, es única en Canadá. Para llegar a esta ciudad, de entrada hay que atravesar toda Gaspesia y su magnífico parque natural. De pronto, al girar una curva, aparece el majestuoso Océano Atlántico y deja ver esa sorprendente roca perforada sobre el agua.
La ciudad en sí no me dejó un recuerdo imborrable, pero en cambio la naturaleza y el emplazamiento son grandiosos.
Recuerdo que fui a hacer senderismo por el increíble Parque Nacional de Île-Bonaventure, frente a Percé, donde hay 100.000 ejemplares de alcatraces censados. ¡Un espectáculo aéreo impresionante!
La naturaleza en su estado más bello y lo acogedor de la ciudad, hacen de Percé una interesante etapa al cruzar la Gaspesia en familia. Dos días de verano o un día invernal es suficiente para hacer el recorrido.
Terminadas las caminatas deportivas como las del Parque Nacional Forillon, te sentirás contento de contemplar las impresionantes vistas de la roca Percé y el río desde el paseo de los cinco miradores.
Todo a tu alrededor está enfocado al agua, pequeños y grandes estarán encantados de salir de excursión para observar ballenas y otros rorcuales comunes... Qué gran emoción pude sentir al ver desde tan cerca estos grandes cetáceos: una experiencia mágica.
También puedes disfrutar de la vista del oleaje y las rocas desde el barco que realiza el trayecto a la Isla Buenaventura, hogar elegido por los miles de alcatraces en su migración. De abril a septiembre, el impresionante espectáculo de estas magníficas aves buceadoras te garantiza un gran viaje por la isla.