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A orillas del río Jordán se encuentra el país árabe de Jordania, uno de los destinos más hermosos del mundo con un cierto toque a Oriente Medio, que sobresale por sus paisajes naturales y especialmente por su famosa ciudad rosa, nombre con el que se conoce a Petra al contar con monumentos, templos y tumbas esculpidos en arenisca de este tono. Un viaje a Jordania en invierno te llenará de paisajes fantásticos.
Descubre uno de los recintos arqueológicos más espectaculares del mundo entero, pasea por uno de los desiertos considerados más preciosos del planeta, sube hasta el monte donde habitó Moisés los últimos años de su vida o contempla algunos de los mosaicos más relevantes de todo Oriente Medio. Consulta con los agentes de habla hispana de Evaneos y ellos te ayudarán a conseguir tu viaje a Jordania en invierno perfecto.
El motivo por el que mucha gente realiza un viaje a Jordania en invierno es simplemente por ver Petra, un complejo arqueológico impresionante que si tienes suerte de ver nevado, difícilmente se te puede olvidar. No en vano es una de las siete maravillas del mundo actuales. Al mismo se accede mediante un desfiladero situado entre montañas y que fue motivo de numerosas leyendas entre beduinos al haber estado perdido durante siglos.
Este desierto en el que te sentirás como si estuvieras en el planeta Marte y que ofrece unos paisajes sobrenaturales, se encuentra entre Aqaba y Petra. El mismo penetra en Jordania con su tierra rojiza y ha sido escenario de populares películas como Lawrence de Arabia. La estación de invierno es excelente para hacer una visita a este destino para evitar las altas temperaturas del resto del año.
Desde este monte hasta el que llegó Moisés en busca de la tierra prometida y última morada del profeta, te permitirá ver desde sus más de 800m. de altura incluso la ciudad de Jerusalén en los días claros. En este rincón podrás disfrutar de un espectacular atardecer, sin duda de los mejores de todo el país.
A escasos 10km. del monte Nebo se encuentra Mádaba, una parada obligatoria para los peregrinos y viajeros que visitan Jordania en busca de uno de los mosaicos bizantinos más impresionantes de todo el Oriente Medio, como es el que decora la iglesia de San Jorge que muestra cómo era la Tierra Santa en el siglo VI d.C. con el mar Muerto, el río Jordán, la península de Sinaí o Jerusalén entre otros lugares.
Desde el día 22 de diciembre hasta el 20 de marzo es invierno en Jordania, una época perfecta para recorrer algunos de los lugares más relevantes de este país sin el calor propio del resto del año. Además las nevadas que suelen tener lugar en destinos como Petra, hacen que las vistas de este país sean más espectaculares si cabe.
Los dos mejores periodos para viajar a Jordania son la primavera y el otoño, ya que las temperaturas son más agradables en esas épocas del año. Entre noviembre y marzo, abundan las precipitaciones. En invierno, llega a hacer mucho frío e incluso puede nevar. De todas formas, conviene informarse sobre las diferencias climáticas entre las regiones. A pesar de que, en verano, la temperatura en el desierto oriental es llevadera, el desierto del sur puede llegar a ser muy caluroso. Descubre un país impregnado de historia, con una cultura fascinante y que destaca por la hospitalidad de sus habitantes. Visita Petra y Wadi Rum o recorre el desierto en este fabuloso país de Oriente Medio.