En la mente de muchas personas, ir de viaje a Zanzíbar supone relajarse en playas paradisíacas y bañarse en aguas cristalinas. Es una pena quedarse solo con en esta imagen, ya que la isla tiene mucho más que ofrecer.
Una playa de arena blanca y fina, suave como el terciopelo, rodeada de cocoteros, aguas calientes y turquesas... La imagen que muchas personas tienen de la isla de Zanzíbar es, generalmente, bastante paradisíaca. Y, de hecho, lo es. Es por eso que, cada año, más turistas organizan un viaje a Zanzíbar, a menudo, como complemento de una estancia en Tanzania, que se encuentra justo enfrente. Para dar cabida a la afluencia de turistas, las infraestructuras se han desarrollado fuertemente. Lamentablemente, hoy en día, la costa de Zanzíbar se parece cada vez más una sucesión de complejos hoteleros que se amontonan unos sobre otros. En la actualidad, es difícil encontrar un tramo de playa salvaje y preservada del turismo de masas.
Las playas más bellas de Zanzíbar se encuentran, por ejemplo, al norte de Kendwa, en Nungwi y en Matemwe. Más al sur, encontrarás la felicidad en las pequeñas ciudades de Bwejuu, Jambiani o incluso de Kizimkazi. Muy cerca de la costa, numerosas pequeñas islas más salvajes te esperan. Mnemba, Tumbatú, Changuu, Uzi, Kwale o, por ejemplo, Pungume son perfectas para una estancia de lo más agradable e idílica. Justo ahí, te encontrarás con el paisaje de postal.
Sería una pena acudir a Zanzíbar única y exclusivamente por sus preciosas playas. No porque te fuera a decepcionar tu estancia, sino porque te perderías auténticas maravillas. Para empezar, Stonetown, también conocida como Ciudad de Zanzíbar. Si llegas en avión o en barco, es inevitable que desembarques aquí. Es realmente impensable venir a visitar Zanzíbar sin visitar su ciudad principal. De Stonetown surge un ambiente místico, mágico y único en el mundo.
Tienes que perderte en su laberinto de callejuelas, descubrir las fachadas de las casas antiguas, encontrarte cara a cara con mil escenas de la vida cotidiana, escuchar la llamada a la oración realizada por un muecín... En resumen, prepárate para vivir una fascinación total. Clavo de olor, azafrán, cilantro, curry, cardamomo... Zanzíbar es conocida como la isla de las especias. Una visita a uno de sus jardines te permitirá convertirte en un experto en el tema. Para terminar bien tu estancia y descubrir otro lado de Zanzíbar, no dudes en visitar el Parque Nacional de Jozani, en el centro de la isla. En sus 50 kilómetros cuadrados de bosque tropical, descubrirás un centenar de especies de árboles y, sobre todo, te encontrarás con la estrella del lugar, el colobo. El colobo rojo y el colobo azul son unos simios en peligro de extinción. Si el segundo se muestra tímido y difícil de ver, el primero, por el contrario, es muy sociable y juguetón, y no tiene miedo de la presencia del hombre. Así que podrás acercarte a ellos y sus gestos harán las delicias de los fotógrafos.