Cubierto por la selva amazónica, el norte de Brasil tiene un clima ecuatorial cálido y húmedo. En esta parte del país llueve prácticamente todo el año. Las precipitaciones alcanzan su máximo entre los meses de diciembre y mayo. Así, mejor ir sobre seguro y visitar la parte brasileña de la Amazonia entre junio y septiembre, y organizar nuestro trekking en plena jungla tropical sin riesgo excesivo de lluvias.
Evitaremos escoger el verano para visitar el sur de Brasil : el calor y la humedad son sofocantes. En invierno, por lo contrario, el clima es muy agradable, excepto en el extremo sur, que puede resultar excesivamente frío. Hay que estar atentos a las lluvias, que se producen inesperadamente a lo largo de todo el año. Así que viajamos al sur de Brasil sobre todo invierno, es decir, para Brasil, en junio, julio y agosto. Evitaremos los meses de diciembre, enero y febrero, vacaciones locales durante las cuales el número de turistas es elevado.
Brasil es también una tierra de aventuras. Si te gustan el senderismo o la escalada, ve al Parque Nacional do Itatiaia, en altitud: mejor ir en invierno para aprovechar la buena temperatura. También puedes hacer una excursión a través de los Lençois Maranhenses, entre dunas y lagunas interlunares, sobre todo entre marzo y noviembre. Bonito es el mejor lugar para los amantes del ecoturismo: espeleología, rappel y snorkeling en agua dulce, para contentar a todos. En la Amazonia se hacen paseos en barco, preferiblemente entre junio y septiembre, Y, por qué no, también podemos sobrevolar Brasilia en helicóptero. Como puedes ver, hay muchísimo que hacer en Brasil, y la época preferida para disfrutar de un ambiente lo más agradable posible es el invierno. ¡También para evitar las hordas de turistas brasileños!
Parte hacia Brasilia, la capital del país de la fiesta. Mejor en invierno, cuando las temperaturas son calurosas y el clima seco. En verano hace más frío, pero la temperatura sigue siendo agradable. En contrapartida, las lluvias son bastante abundantes. Aventúrate a visitar la increíble arquitectura de la ciudad y los numerosos espacios verdes que la rodean, todo un descubrimiento. Una vez estés ahí, recuerda que de diciembre a febrero es el período de vacaciones local.
La fauna y la flora brasileñas son bonitas y variadas. Esto incluye el Amazonas y las expediciones a la selva, pero también el Pantanal, vasta zona pantanosa donde se puede ver a numerosos animales salvajes, especialmente de junio a septiembre. El buceo y el snorkeling en Fernando de Noronha constituyen también un "must" en Brasil. A practicar durante los meses de invierno. En Praia de Rosa, las ballenas francas australes se divisan entre junio y octubre. Y no hay que olvidar el Parque Nacional de Monte Pascoal, con su rica biodiversidad. Actividades para practicar durante los meses del invierno brasileño.
Las fiestas de carnaval valen totalmente la pena, aunque hay mucha gente y las temperaturas son muy altas. Hay otras fiestas en Brasil que no tienen estos inconvenientes. A partir del mes de abril, el clima es agradable y los precios bajan, mientras que las celebraciones de la Semana Santa siguen con procesiones y coloridos desfiles. De mayo a octubre, Brasil ofrece una serie de eventos acompañados de un clima suave y sin exceso de turistas. A partir de octubre, hace calor todo el país, y en diciembre, el período festivo acoge a muchísimos visitantes, sobre todo de diciembre a febrero.
El clima es agradable durante todo el año en el nordeste del país, las temperaturas son cálidas y la brisa tropical refresca el área. El nivel de humedad es menor que en el resto del país. Podemos visitar el nordeste de Brasil durante todo el año, y descubrir Salvador de Bahía, su fascinante capital. Ahí nos esperan la fiesta y la capoeira. Si no soportamos bien el calor, el mejor período es de septiembre a noviembre, el menos caluroso. Y hay que recordar que los meses de diciembre, enero y febrero son muy turísticos.
Río de Janeiro, célebre por su carnaval, encarna a la perfección la alegría de los brasileños. Entre junio y agosto, las temperaturas invernales varían entre los 15 y los 25 grados. El clima idóneo en esta región es el de invierno. Por contra, el verano resulta sofocante, con calor y humedad. Evitaremos los meses de octubre y de enero, durante los cuales las lluvias pueden ser abundantes. Y tendremos cuidado de evitar las multitudes del turismo local, de diciembre a febrero.