Durante mi viaje por Ecuador, salí de los Andes para conocer una faceta diferente del país. Después del frío de las montañas, Puerto López sumerge al visitante en un calor húmedo y exótico.
Te aconsejo dar un paseo por la playa bien tempranito para ver volver a los pescadores. ¡Es todo un espectáculo! Las aves se precipitan sobre las cajas llenas de peces para birlar su parte del festín. ¡Qué maravilla! Pelícanos, buitres, fragatas... Yo, que no había podido ir a las islas Galápagos, pude ver aquí a ese loco emblemático de patas azules. Aprovecho para mencionar que Puerto López es también el puerto de embarque hacia la isla de la Plata, a solo una hora y media de la costa. Menos lejos, menos caro, menos turístico y menos legendario que las Galápagos, pero prácticamente el mismo ecosistema. Un plan que es a la vez bueno para ti y para el bolsillo. Entre junio y septiembre, te aconsejo además salir al mar en busca de ballenas jorobadas. En el malecón conocí al pintoresco Winston Churchill. Es un personaje allí en Puerto López y a bordo de su barco tuve la suerte de ver muy de cerca a tres ballenas. Y como a Winston le pareció poco, me llevó otra vez al día siguiente y de gratis.
Yo pasé en Puerto López dos días estupendos y no te aconsejo quedarte menos tiempo.
Tras más de dos meses en los Andes, decidí terminar mi estancia en Ecuador con unos días en la costa. Sin ganas de ir a la ultra-turística Montañita, mi elección recayó en Puerto López, que me pareció tener más encanto, y cuyos alrededores merecen mucho la pena.
Busqué un hostal no muy lejos de la playa, aunque como el pueblo no es muy grande, estar cerca de la playa no es difícil. El paseo marítimo estaba animado, con sus vendedores y pequeños bares de cócteles y zumos, que puedes degustar con los pies en la arena y oyendo música salsa de fondo. ¡Es perfecto! Por la mañana, el puerto está vivo, con barcos de pescadores que regresan de faenar, seguidos por grupos de aves que reclaman su parte del botín. Es un placer comer pescado (mmm... el ceviche de camarones...) y simplemente no hacer nada, después de semanas de excursiones por las alturas.
Durante mi estancia en Ecuador me encariñé rápidamente con este pequeño pueblo de ambiente relajado y enseguida adopté mis costumbres. Especialmente en el mercado, poblado de productos frescos y donde encontrarás un sinnúmero de frutas exóticas.
El mercado de pescado por la mañana es particularmente abundante y por 5$ el kilo de camarones, no nos vamos a privar. Hace falta llegar temprano aunque solo sea para ver a los pescadores desembarcando su carga y para observar las multitudes de aves que revolotean intentando hacerse con los restos.
Desde Puerto López debes, sin duda, acercarte al parque nacional de Machalilla, en concreto a la playa de Los Frailes, una magnífica extensión de arena blanca coronada por una colina desde la que se obtiene una vista extraordinaria.