La mayoría de los turistas que viajan a Argentina se saltan la excursión hasta el glaciar Upsala y se conforman con su célebre vecino, el Perito Moreno. Me parece una pena, porque yo pasé un día estupendo en Upsala.
Me embarqué en Puerto Bandera, a 50 kilómetros de El Calafate. Para llegar, hace falta una mañana entera en barco por la sección norte del lago. Fue un rato increíble, con los delfines siguiendo el barco, las vistas del glaciar Spegazzini y la bahía de Onelli y los icebergs que nos íbamos cruzando. A la hora del aperitivo, los hielos de las bebidas procedían precisamente de esos icebergs. Qué curioso, ¿no? Por fin llegamos al centro del espectáculo, el gigantesco glaciar Upsala. Para que te hagas una idea, su extensión es mayor que una ciudad como Buenos Aires. A veces el hielo es demasiado denso y bloquea el paso para verlo desde más cerca.
En resumen, fue un día genial que le recomiendo a todo el mundo.
La visita del glaciar Upsala a menudo va de la mano de la del glaciar Spegazzini, durante un crucero de 8 horas por el brazo Norte del lago Argentino. Una opción que no me tentó demasiado, ya que me pareció demasiado turística. Así que me decidí por una agencia que ofertaba un tour en barco hasta el glaciar Upsala además de una ruta de senderismo.
Tras montarnos en un autobús hasta Puerto Banderas, estábamos alrededor de 100 personas para embarcar, frente a los 300 de los mayores cruceros. Enseguida abandonamos nuestros asientos para asistir tranquilamente a un desfile de magníficos paisajes y a la aparición de los primeros icebergs con reflejos azulados. Me dejé absorber totalmente por la calma y la majestuosidad del ambiente. Solo me interrumpían las lógicas expresiones de asombro del resto de los turistas: “¡oh!”, “¡ah!”... La atracción principal de la visita es por supuesto la aparición del glaciar Upsala.
A lo largo de sus casi 60 kilómetros, cubre una superficie de 870 km2. Por lo que desde el lago solo se intuye una parte. La ruta de senderismo, cuyo objetivo principal es descender por un cañón, ofrece sin embargo unas vistas excepcionales del glaciar, cuyo blanco grisáceo contrasta con el intenso azul del agua del lago. La verdad es que lo recomiendo, aunque debes tener en cuenta que es fundamental estar en buena forma.