Burkina Faso fascina por su historia. Y hoy en día se enfrenta a cambios.
Burkina Faso está en pleno cambio. Tras los 27 años de Blaise Compaoré en el poder, los burkineses sublevarse contra la propuesta de este último para extender el mandato presidencial. La Constitución ya no se aplica desde 2014. El Presidente de la República es Michel Kafando, nombrado por un Consejo de Designaciones.
Ya en 2011 el país se vió afectado por revueltas. De hecho, el país está profundamente marcado por la toma del poder en 1987 de Compaoré, quien derrocó a Thomas Sankara. La misteriosa desaparición de este último ayudó a alimentar la revuelta actual.
El objetivo de la transición es la de organizar las elecciones. La primera vuelta de las elecciones presidenciales y legislativas se han programado para la misma hora el 11 de Octubre de 2015. La primera vuelta de las municipales está prevista para el 31 de enero de 2016.
Burkina Faso también toma parte activa en la vida política de la subregión. Él es el país mediador en la crisis de Malí en 2012. Estado sin litoral que depende de sus vecinos. La situación política de los países vecinos tiene, por supuesto, un impacto en la economía de Burkina Faso.
Inmutable pesar de los cambios políticos, Burkina Faso también se vio marcada por los roles tradicionales ejercidos por los jefes. La jerarquía se respeta mucho, en particular entre los Mossi. No es raro que los jefes tradicionales sean quienes reciban a los extranjeros. Incluso, en Uagadugú se puede ver al Moro Naba. Todos los viernes se puede asistir a la ceremonia de la salida falsa. Más allá de lo que podría parecer folclore por falta de comprensión, estos líderes tradicionales son venerados y respetados.
Del mismo modo, entre los grupos étnicos, las familias siguen bromeando. Es costumbre de bromear entre los grupos étnicos. Es una forma de regulación social. Si un Mossi y un Bissa bromean entre ellos, está fuera de lugar el intervenir ni para seguir la broma ni para ofenderse. En la Burkina Faso de hoy día, el bromeo entre familias tiene su lugar en las normas sociales.
Se trata de un país muy empobrecido, ocupando el lugar 183 de un total de 187 países, por lo que el turismo reviste importancia capital dentro de su economía. Todo está hecho para el desarrollo del turismo. Se están diversificando tanto las estructuras de acogimiento del turismo como las actividades a ofertar. Los burkineses son conscientes del papel del turismo y no se puede negar su legendaria hospitalidad.
La artesanía de calidad permite a los visitantes traerse de vuelta recuerdos maravillosos: tallas de madera, joyas de plata, alfombras, instrumentos musicales... los burkineses saben como deleitar los sentidos.