El viaje a Eslovenia es muy recomendable, con una variedad de paisajes que, a pesar de su pequeño tamaño, sorprende: montañas alpinas, valles vitivinícolas, bosques frondosos... 15 días dan para mucho. Hemos hecho de todo, rafting, senderismo, visitas a castillos, a cuevas, una tarde en un balneario de aguas termales... La capital, Ljubljana, aunque pequeña, es espectacular, con su castillo, sus callejuelas peatonales, sus cafeterías...
Destacaría Bled y su lago, Bovec, rodeado de las montañas del Triglav, Ljubljana, los valles repletos de viñedos (por cierto, muy buen vino), y, como colofón, Piran, la ciudad natal del músico barroco Giuseppe Tartini, con su encanto veneciano junto al mar. El último día en Venecia tuvo el inconveniente de la masificación turística, aunque disfrutamos de los lugares típicos de la ciudad.
En definitiva, un viaje muy recomendable. Repetiremos con Evaneos, nos gustó la organización del viaje.
Eslovenia es un país formidable, lleno de naturaleza y cultura, con gente muy amable. La gastronomía es para disfrutarla, recibe influencias de Austria, del Mediterráneo... La organización, estupenda, con una selección de alojamientos de buena calidad y propuestas de actividades muy variadas y excitantes. También, la persona de contacto, Miha, estuvo en todo momento pendiente del viaje, solucionando asuntos como la devolución del coche de alquiler el penúltimo día del viaje.
No hay nada reseñable en cuanto a aspectos negativos.