Gafsa es un pueblo funcional con numerosos hoteles y restaurantes locales; lo que lo convierte, a mi modo de ver, en una parada de bienvenida para el palmeral de Tozeur y las vastas extensiones del lago salado Chott el-Djerid.
Los amantes de la arqueología apreciarán en Gafsa los restos de la antigua ciudad original de Capsa (que dio su nombre a la ciudad de Gafsa). Las excavaciones arqueológicas han permitido sacar a la luz numerosos edificios, entre los que destacan dos célebres piscinas romanas, que me encantó contemplar. Te aconsejo seguir tu excursión en el museo de Gafsa para ver sus hermosos mosaicos antiguos.
Si eres un apasionado de los descubrimientos insólitos, ve a los alrededores de Gafsa, a Métlaoui, una pequeña ciudad del noroeste, para descubrir el "Lagarto rojo": un pequeño tren muy simpático. Los lugareños cuentan que este tren fue construido a comienzos del siglo XX, bajo el protectorado francés. Servía entonces al "bey" (gobernador de la provincia) de Tunis para ir a su residencia de verano. Desde la independencia (1957), el "Lagarto rojo" transporta a los turistas hasta las gargantas del río Seldja ¡para admirar un paisaje rocoso magnífico!