Hice una parada en el lago después de Coyhaique. Mi idea era tomar el ferry en Puerto General Ibáñez para llegar a Chile Chico, el último pueblo antes de la frontera con Argentina. La travesía estuvo bien, aunque con mucho viento.
Aunque, mala suerte, perdí el único ferry del día... No importaba, ya que en vez de cruzar el lago en dos horas, haría el tour en 24 horas ya que de todos modos tenía que cruzar la frontera pasado mañana.
Mi primera parada fue en Puerto Río Tranquilo, para visitar las capillas de mármol en el lago. El tiempo era estupendo y el color del agua con el reflejo del sol era de una hermosa tonalidad verde esmeralda. Seguí mi recorrido en autobús por el lago antes de parar de nuevo, ya que el bus continúa por la Carretera austral, y yo me dirigía al este, hacia la frontera con Argentina. Mis altos en el camino están siempre condicionados por los coches que aceptan llevarme a bordo. Hice una breve parada en Puerto Guadal y finalmente llegué a última hora de la tarde a Chile Chico. ¡Lo había conseguido! Al día siguiente, con el viento soplando todavía muy fuerte, me alegré de haber perdido el ferry, ya que una turista que conocí en el hotel me comentó que había que ser fuerte para hacer la travesía completa... Y entonces, me pareció que el tour del lago con todas mis pequeñas paradas había valido la pena.