El Parque Nacional de Iguazú es uno de esos sitios en los que ni las fotos ni los videos pueden captar toda su magia. ¿Piensa que las caídas de agua no te van a emocionar? La vista de esteespectáculo majestuoso te demostrará tu error, ¡te lo garantizo!
Escondidas en el corazón de un refugio de verdor, con una altura de 40 a 80 metros, las 275 cascadas de Iguazú se alinean a lo largo de una falla geológca en forma de arco de círculo. Las 67 000 hectáreas de bosque subtropicalalbergan una fauna y una flora protegidas: no se viene solo aquí por las cascadas, sino por el conjunto del parque que merece realmente la visita.
Amigos de los animales, ¡preparada las cámaras de fotos!Mariposas multicolores, armadillos y coatis se van a cruzar en tu camino.
Las cataratas de Iguazú son imprescindibles durante un viaje a Argentina. Son un "must-see". ¡Hay que ir, vamos! Es un espectáculo que quita el hipo, una demostración de la fuerza de la naturaleza. Incluso sin verlas, se pueden oír desde lejos. En cuanto bajes del autobús, te llegará un fuerte rugido. El autobús es turístico, claro, pero una vez allí, te olvidarás de todo. Las cataratas se anuncian por sí solas.
El día que visité las cascadas de Iguazú, el tiempo no era muy estable, así que reinaba una atmósfera casi siniestra. El agua se mezclaba con la bruma estancada. Cuando por fin se disipó, ¡menudo espectáculo vi ante mis ojos! Cascadas interminables, con una fuerza increíble, ensordecedora. Te hacían sentir un poco insignificante.
Las cascadas de Iguazú alcanzan los 90 metros de altura en su cascada más alta, la Garganta del Diablo (¡un nombre evocador!) y, en realidad, son una sucesión de cascadas de 3 kilómetros de longitud. Yo me monté en un barco que me llevó a los pies de una de ellas. Inténtalo también: saldrás mojado, pero no decepcionado.
Infinitamente fotografiadas, las cataratas del parque nacional Iguazú son una auténtica maravilla de la naturaleza. Cómo no quedarse boquiabierto ante la inmensidad de las cataratas y el impresionante rugido que produce el agua al caer.
Además, me pareció que el parque nacional Iguazú está muy bien conservado y que el recorrido para visitar las cataratas está realmente bien diseñado y es bastante práctico. De esto modo, pude disfrutar de la belleza de este lugar desde numerosos puntos de vista diferentes, incluso desde unas plataformas instaladas justo por encima de las cataratas. Desde un punto de vista tan impresionante, este lugar es mucho más increíble que las cataratas del Niágara de Canadá, excesivamente turísticas y algo sobrevaloradas.
No puedo hacer otra cosa que recomendar a cualquier turista que viaje a Argentina o Brasil, que haga de la visita al parque nacional Iguazú un objetivo prioritario en su itinerario.