Pasé una bonita semana acampando en el Parque Nacional de Freycinet, dentro de una zona aislada, sobre un acantilado escarpado con vistas a la bahía. De aquí me he llevado algunas imágenes imborrables: precipicios cubiertos de pinos, hundiéndose en un mar de azul turquesa... Este parque ofrece infinitas posibilidades para hacer excursiones en medio de una naturaleza muy verde, rebosante de animales exóticos. Recuerdo haberme cruzado aquí con vombátidos, equidnas, canguros, uapitíes y ¡algunas serpientes muy venenosas!
Conviene saber, no obstante, que el itinerario preferido es aquel que lleva hacia la Wine Glass Bay, famosa bahía de arena muy blanca y agua excepcionalmente azul. Se trata de un camino muy frecuentado, que a veces puede recordar más al Paseo de la Castellana de Madrid tras un éxito de la selección española que a un parque natural situado en el corazón de Tasmania.
Recomiendo avanzar pausadamente durante tu viaje por Australia.
El Parque Nacional de Freycinet es uno de los más hermosos de Tasmania. Se caracteriza por su relieve granítico de tonalidades rosáceas y anaranjadas, por sus aguas de azul celeste y playas de arena blanca. A la entrada del parque, la cordillera Hazards os dará la bienvenida por un pequeño sendero con una magnífica vista de la bahía. Seguid después del mirador de Wineglass Bay hacia la magnífica playa de arena fina, y volved después hacia la entrada del parque. Por cierto, permite capturar magníficas vistas de la Gran Oyster Bay y la costa alrededor de Swansea. Os recomiendo esta ruta para el amanecer o el atardecer, que es cuando se ilumina y brilla el granito rosa.
Quienes os sintáis en forma podréis caminar por toda la península de Freycinet durante un viaje de tres días. Por último, el Parque Nacional de Freycinet es ideal para la observación de aves, especialmente águilas marinas de vientre blanco y albatros australes.